José Cruz Cabo
Hace unos años, cuando yo era mayordomo de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, propuse una idea para que en el desfile procesional del Jueves Santo, se realizara una procesión de hermandad en nuestra ciudad, con la participación de las tres cofradías pasionarias que gracias a Dios tenemos.
Se trataba de que en la procesión del encuentro, que realizan las Hermandades de Jesús Nazareno y las Angustias y Soledad, tomara parte la de la Vera Cruz, para que en vez de un encuentro fueran dos, dado que la Vera Cruz tiene una talla de la Verónica, que podía solemnizar más la procesión del Encuentro, ya que Jesús Nazareno se podía encontrar con la mujer que le enjugó el rostro y le dejó impresa su cara, la Verónica del Evangelio y después siguiendo la procesión con Jesús y la Verónica, encontrarse con su Madre en la advocación de la Soledad.
La idea fue propuesta en la reunión de la Junta de Profomento, por el Juez de la Vera Cruz, José Luis Martín Rubín y entonces un miembro del Cabildo de la Cofradía de Jesús Nazareno, le contestó que qué pintaba la Verónica en la pasión. Parece ser que tenía pocos conocimientos evangélicos, ya que la figura de la Verónica, en los cuatro evangelistas del Nuevo Testamento, esta mujer del pueblo israelita, se apiadó del sufrimiento de Jesucristo y le quiso enjugar el sudor, para que no sufriera tanto.
Ahora que estamos realizando una gran labor de mejoramiento de la Semana Santa, que queremos que sea declarada de interés turístico comunitario, y si puede ser nacional, el realizar una procesión con las tres cofradías en buena armonía y conjuntación, también serviría para conseguir mejor estos objetivos, ya que el hermanamiento entre las tres cofradías, en una procesión de Jueves Santo, podía ser un botón más de muestra de la calidad y buena armonía de nuestra Semana Santa.
Ahí queda la idea, no se trata de ser más que nadie, sino de aprovechar todos los tantos que nos puedan llevar a cumplir el objetivo que la Junta Profomento tiene en mente, y que daría más realce a una procesión ya de por sí extraordinaria, para hacerla todavía más brillante.