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La prohibición de los mercados ganaderos en 1934

● Ibañeza.es ►Martes, 15 de julio de 2014 a las 9:00 Comentarios desactivados


Los orígenes de la Plaza del Ganado

La variación que finalizando el año 1931 se había hecho de los lugares y puestos del mercado y de la plaza del ganado generó descontentos que motivaron que por dos veces se reconsiderara por la corporación bañezana el cambio realizado, reafirmándose las dos veces en ello. En una tercera sometida a votación en la sesión del 18 de enero de 1932 el resultado fue devolver la plaza del ganado de las proximidades de la cárcel a su emplazamiento original en la de Romero Robledo, lo que provocó una crisis municipal en la que se producen las dimisiones del alcalde (que se siente desautorizado y menoscabado en su autoridad) y de algún concejal, lo que no admiten los restantes, todo ello mientras se espera resolver con los propietarios de dos fincas (Eumenio Alonso González –la del convento o fuente de los frailes- y José Marcos de Segovia –la huerta de los Quiñones-) la adquisición de una de ellas para situar allí la nueva plaza del ganado. El primero de los titulares retiró después su disposición para cederla, y el segundo presentó al poco las condiciones de su cesión (“la parte de 16.276 m2 por 55.000 pesetas, más un solar en la huerta municipal de la Avenida Pablo Iglesias de 10 metros de fachada y el fondo que la huerta permita”, solar que se tasaba en 12.000 pesetas en abril de 1934), que no cuajó, pues al inicio de dicho año, forzados por el gobierno civil, hubieron de retomarse aquellos intentos y gestiones. Se planteó la dimisión formal del alcalde Toribio González Prieto en la sesión extraordinaria del día 21 de enero de 1932, y por mayoría de cuatro votos (los de los concejales socialistas) contra tres no se aceptó.

Se recibía a la mitad de enero de 1934 un oficio del gobernador civil en el que señala que “los mercados de ganado celebrados en calles céntricas de la villa, careciendo de las condiciones más elementales de higiene, constituyen un constante y permanente foco de infección para los ganados que concurren y para la salud pública. Por ello se prohíbe la celebración del mercado de ganado vacuno en el sitio de costumbre, pudiendo habilitar provisionalmente para este fin los terrenos municipales cercanos a la cárcel. Para el mercado de cerdos pueden utilizar la plazuela de la Fuente-Matadero, higienizando antes el lugar y construyendo los cobertizos necesarios para preservar del agua y del frío a los lechones. Mientras se efectúan estas obras puede seguir celebrándose este mercado de cerdos en el sitio de costumbre (la Plaza de Fray Diego Alonso) durante no más de un mes desde la fecha. El mercado equino puede seguir provisionalmente en el sitio acostumbrado, pero a la terminación de cada feria o mercado deben de desinfectarse rigurosamente todos los lugares en que se haya celebrado. En atención a la importancia de los mercados de esa villa, procede que se construya un mercado de ganados que ha de reunir las condiciones debidas. Con tal objeto y para no lesionar los intereses de la población, creados en base a la existencia de los mercados de ganado, se autoriza la celebración provisional en los lugares expresados, pero si en el plazo de seis meses no se construye el nuevo mercado, se prohibirá la celebración de toda clase de mercados de ganado en esa villa”.

Hay dos proposiciones para adquirir terrenos para la plaza del ganado y debe verse la más ventajosa y acometer cuanto antes la construcción de la plaza, dice el concejal Porfirio González Manjarín en la sesión municipal del 17 de aquel mes, y en la siguiente, el día 24, se dirá que una comisión de concejales (de la que formó parte el edil Narciso Asensio Asensio, de la minoría socialista, como el antes citado) visitó al gobernador consiguiendo que dejase sin efecto lo notificado en la anterior hasta la construcción definitiva de la nueva plaza para el mercado de ganados.

Para adquirir los terrenos necesarios se puso a finales de febrero un bando invitando al vecindario a ofertarlos, y se cursaron invitaciones a determinados propietarios. “Resulta extraño que se le cediera a la Azucarera los solares en mejores condiciones que se hace ahora para el ayuntamiento, teniendo en cuenta que su situación económica no le permite hacer grandes desembolsos”, se dice. Hicieron propuestas de cesión en venta quienes ya las habían hecho en el intento de construir el mercado de ganados al inicio de 1932, Eumenio Alonso González una finca al Espolón o Portazgo y José Marcos de Segovia su huerta de los Quiñones, además de Gaspar Julio Pérez Alonso al camino Carboneros, Celia Alonso González la mitad de la finca el Convento, los hermanos César y José Seoanez Romero parte de su huerta al Salvador, enfrente de la Casa del Pueblo, y Valentín Pérez un trozo de su finca al camino de Cebolleros y carretera de La Coruña, además de Felipe Alba Guadián, ya en abril, de un solar al pago de las Tenerías. Interesan terrenos próximos a la población y sin condiciones, que permitan construir abrevaderos, y cercanos a la estación férrea, se dice. Se habla de la posibilidad de construir la plaza del ganado sin coste para las arcas municipales a base de edificarla un particular que la atendería por los años que se le concediera la explotación del negocio, y se contrapone a tal propuesta, que se rechaza, que “no debe admitirse que al ayuntamiento le hagan una plaza”.

El informe de los técnicos de la Junta Provincial de Fomento Pecuario (Primo Poyatos, Nicostrato Vela Esteban y Santos Ovejero) sobre la idoneidad de los terrenos para el mercado de ganados, que se leía en el pleno del 28 de marzo, señala que “el que se construya en La Bañeza será de los llamados de exportación, que requieren cercanía a vías de comunicación y no estar muy alejado del casco urbano por su gran relación comercial con la población. Se precisarán unos 14.000 metros cuadrados, incluidos sus servicios, para que pueda ser considerado como un mercado moderno. Las condiciones sanitarias precisas son agua abundante, pavimentación impermeable, y fácil eliminación de sus flujos por un alcantarillado adecuado. Los mercados modernos se construyen con pabellones cubiertos que alojan y protegen al ganado, y cerrados en todo su perímetro”. Con tales condicionantes (el alcantarillado y la traída de aguas tardarían aún muchos años en lograrse en la Bañeza), los únicos solares aceptables serían, por este orden, los de Eumenio Alonso (el más idóneo, por su situación y excelentes vías de acceso), Valentín Pérez y José Marcos de Segovia, y será este quien a primeros de abril insiste ante el alcalde en sus condiciones de cesión-venta de la huerta de los Quiñones de su propiedad, con la novedad ahora de aceptar el pago de la cantidad en que la valora, 90.000 pesetas, en dos plazos a pagar por el ayuntamiento, uno en este año y el otro en la misma fecha de 1935, que resultan admisibles a la corporación, ya que, se dice, “será suficiente para la plaza del ganado y sobrarán solares a los que el municipio hallará rendimiento”, que decide así aceptar su oferta y tramitar el presupuesto extraordinario preciso para la adquisición.

Además del destinado a plaza del ganado y de los respectivos que se ceden para cuartel de la Guardia Civil y para la construcción de un Grupo Escolar, se enajenarán el 10 de abril de 1935 once solares en la orientación sur de aquella huerta tasados cada uno entre 2.000 y 4.000 pesetas, cuya venta se anunciaba en pública subasta, restando el 2 de mayo tan solo uno sin adjudicar. Aquel mismo año La Patronal, desde su sede bañezana en la calle de Pérez Crespo, urge al ayuntamiento la inmediata construcción de la casa-cuartel o que le facilite edificarlo a sus expensas en el solar de la huerta de los Quiñones (desamortizada antaño) que meses antes había vendido al consistorio para la construcción de la Plaza del Ganado, José Marcos de Segovia, su dueño por herencia de su tío José Latas Valcarce.

Del libro LOS PROLEGÓMENOS DE LA TRAGEDIA (Historia menuda y minuciosa de las gentes de las Tierras Bañezanas -Valduerna, Valdería, Vegas del Tuerto y el Jamuz, La Cabrera, el Páramo y la Ribera del Órbigo- y de otras de la provincia, de 1808 a 1936), recientemente publicado en Ediciones del Lobo Sapiens) por José Cabañas González. (Más información en www.jiminiegos36.com)

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