José Cruz Cabo
La noticia me dejó asombrado y dolido, no esperaba que tan pronto nos dejara Roberto, para los lectores “Telmo”, porque el pasado año, cuando nos vimos en Agosto, nos despedimos hasta el año que viene y aunque sabía que tenía problemas de salud, lo encontré con la misma ilusión y la misma vitalidad de siempre. Aunque a Roberto lo conocía desde niño, la amistad se fortaleció al casarme con mi esposa Nieves, pues ella había estado trabajando en casa de su madre, Doña Pepita, tanto en la costura, como en la fábrica de chocolates Zeki, y Roberto la quería mucho, porque la recordaba de niño y tenía buenas vivencias con ella.
Después, hace unos años, le dio por escribir en nuestro antiguo semanario “El Adelanto” que entonces llevaba yo, y sus artículos nos gustaron a todos, y llegó un momento que los esperábamos con ilusión, pues tenía una forma de escribir directa, sabia controlar sus iras literarias y sus artículos tenían mucho para pensar, pues no solo escribía de cosas de la ciudad, de los años que él convivió con nosotros, sino de temas más nacionales y siempre con mucho criterio y neutralidad, si se fijaba en algo que no estaba como debía ser, su comentario era ponderado y nunca se estralimitaba ni a favor ni encontra de quien fuera, políticos, deportistas, ciudadanos, él siempre ecuánime. En su vida personal y en su vida de relación con los demás, era una persona amable, simpática, atrayente y afectuosa, siempre viendo el lado bueno de las cosas, siempre atento y dicharachero.
La verdad es que nuestra ciudad pierde un hijo que la quiso de verdad, pues a pesar de tener que estar lejos, por su trabajo, La Bañeza para él era la joya de su vida, junto con Carmina, su esposa. En estos momentos de dolor, solo me queda expresar mi afecto y mi solidaridad, con la familia, sus mujer y sus dos hijos, junto con el resto de la misma. Amigo Roberto Fernández (para los que escribimos, Telmo, como firmabas los artículos), hasta siempre y descansa en paz en tu tierra bañezana.
