(O: “esos versos que los fusilen al amanecer”)
Las gentes de una imprenta, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, han sido los que ordenaron que “esos versos los fusilen al amanecer”. Y los fusilaron. Treinta impactos de bala, en forma de faltas ortográficas, se pueden ver aún en el cuerpo inerte del poema que, con el título ‘Romance para una Diosa’, conformaba mi colaboración en la revista de la Musa del Carnaval Bañezano 2011.
Más de una treintena de consonantes han quedado sin poner en la publicación, lo que hace que el poema se convierta en una especie de jeroglífico egipciano, para completar la enésima putada que la innominada imprenta me viene haciendo en las distintas colaboraciones mías, tanto en la citada revista como en las de carnaval y fiestas que edita el Ayuntamiento de La Bañeza.
No les debe gustar mi literatura a las gentes de la innominada imprenta. Qué le vamos a hacer. Decían mis maestros del periodismo que había que contar hasta diez antes de escribir con rabia. Yo, esta vez, he contado hasta quinientos uno, y todavía me queda un ramalazo de malaleche.
Lo he sentido también por el grupo Salsa, por su presidente Pepe Blanco, que el mismo sábado de la presentación se hacía cruces y, sobre todo, lo siento por la Musa del Carnaval Bañezano 2011, Noemí Fuertes López, porque ninguno nos lo merecíamos. Ya que si no les gusta a estas gentes de la innominada imprenta, que sepan que, más que la poesía o la literatura en si, en mis trabajos para estas revistas siempre van cargados de cariño, con un trozo de corazón a flor de piel. Y que tengan por seguro estos innominados que no van a fusilar mi mucho o poco prestigio como periodista (ya emérito, oiga), como escribidor de pueblo (aunque sea en verso), como bañezano o como carnavalero. Eso seguro.
Por ello, abusando de la benevolencia de los editores de ibaneza.es y con el permiso del presidente del grupo Salsa, he decidido que estos versos fusilados en un triste amanecer de la desidia o de algo peor (nunca han existido los cacareados duendes de la imprenta, sino que esos duendes son siempre falta de profesionalidad) vean la luz en mi habitual sección de ‘El patio de mi casa’, en este periódico digital.
Romance para una diosa
Permíteme, diosa mía, / ¡oh Musa del Carnaval! / que este juglar en la sombra / inicie su recital. / Mi diosa desconocida / subida en el barandal / del Olimpo bañezano, / bañezano en carnaval. / Hoy descubrirán tu nombre / y abrirán tu ventanal / las gentes del grupo Salsa, / grupo Salsa en carnaval.
Vas a subir al Parnaso / con tu escudero juglar, / como hicieron otras diosas / y musas en vendaval. / Baila salsa con la Salsa, / danzad y baile, bailad. / subida en la tu carroza, / Olimpo en un pedestal, / de plumas y lentejuelas / un martes de carnaval, / día de ilusiones locas, / llenando un mundo de azar, / al ritmo de las fanfarrias, / cabalgata en carnaval.
Antes serás coronada / investida de coral, / con música del Beethoven / y ritmo de carnaval. / Será un acto de proclamas / y músicas de buen cantar, / y de versos encendidos / cantados por tu juglar, / en una carpa de tela / de intemperie sin telar, / ya que el teatro se alarga, / Teatro Municipal.
Pero eres diosa de invierno, / mi musa del carnaval, / hija de Zeus y el baile, / baile, que baile, bailad, / donde las artes se funden / en un magno temporal / de mitologías griegas, / como declama el cantar / de diosas y dioses locos / que Salsa inventó al azar.
Ay musa mía, mi diosa, / ay musa del carnaval, / que naciste de la danza, / disfrazada en tu disfraz, / donde en Salsa son maestros / para poder manejar / el parnaso bañezano / de este nuestro carnaval. / Retazos de fantasía / musa mía, tu serás / e imaginaciones ciegas / como una estrella fugaz.
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Enhorabuena, Noemí. Disfruta de tu elección y perdona esta estrafalaria colaboración, a la que una imprenta innominada fusiló al amanecer. Besos.
