Sé que es muy fácil hablar de una enfermedad y de lo que uno haría o dejaría de hacer, cuando sólo la conocemos de oídas y no tenemos en la familia o grupo de amigos a alguien que la padezca. Por eso, antes de que me empiecen a bombardear críticas, para las cuales estoy bastante curtida, quiero dejar claro que una opinión es eso: “opinión”, ni mejor ni peor, ni acertada ni errada, y ésta es la mía; respetable, como todas.
Cuando por fin habíamos descansado de aquel engendro llamado ‘Legado do Tibu’ en el que se nos animaba en las redes sociales a darnos un baño de agua fría, si no queríamos pagar una mariscada al jeta de turno, llega otro invento que, ondeando la bandera de la solidaridad ha dejado helados a unos cuantos famosos; algunos de los cuales, aprovecharon para volver a ocupar páginas de actualidad con la excusa de la solidaridad hacia un colectivo de enfermos que escaso beneficio económico recibía con semejante pantomima.
La idea, como todas las que han surgido cuando se les coloca cerca la palabra ‘solidaridad’, no era mala del todo siempre y cuando los donativos llegaran a buen puerto, aunque sólo fuera para tratar de esquivar el cubo de agua helada, pero lo malo de todo esto es cuando los famosos –algunos de pacotilla– prefieren ahorrarse el donativo y pasar por el trance de la improvisada ducha y el rendimiento mediático que puede suponer el hecho de que tal o cual famoso ‘colabora’ con la causa donando 10 dólares en lugar de 100 si no se baña.
Y seguramente, como todo reto de este calibre, el #IceBucketChallenge acabará llegando a los perfiles de cuantos personajes anónimos nos movemos por la red, e irá degenerando hasta terminar haciendo cualquier locura con tal de no rascar el bolsillo, todo para perseguir la popularidad con una campaña de marketing –totalmente gratuita–, un vídeo de la hazaña, cuyo visionado está asegurado y 10 dólares de donativo. Lástima, porque lo más útil para esta asociación sería que nadie nos mostrara su cuerpo serrano sino que entregara los 100 dólares ‘de penalización’ para luchar contra la enfermedad.
Pero, a mi modo de entender, si en lugar de esas exhibiciones mediáticas de cuerpos 10 y tacañería ocuparan los titulares de los medios de comunicación, como Patrick Stewart, firmando un cheque de 10.000 dólares mientras utiliza dos cubitos de hielo del reto para tomarse un whisky, o Charlie Sheen que se echó por encima un cubo con otros 10.000 dólares; seguro que ‘The ALS Association’, la fundación estadounidense que lucha contra la esclerosis lateral amniotrófica (ELA) y puso en marcha la idea, se lo agradecería mucho más…
