La tradicional procesión de la Octava de Pascua en Quintana del Marco, en la que participan los mozos y mozas del municipio con sus trajes regionales, contó este año con unos espectadores de excepción: veinte pendones de localidades de la comarca que hicieron pasillo para recibir y escoltar a la Virgen en su desfile procesional.
Como novedad de este año, la procesión con la la talla de Nuestra Señora de Secos, portada por las jóvenes de la localidad, se encontró en la carretera que discurre entre la capital bañezana y Alija del Infantado con el desfile de pendones que recorrieron parte del pueblo, mientras en la iglesia se desarrolló la celebración religiosa.
Después del encuentro, tras la vuelta a la iglesia, la tradicional subasta del ramo de roscas de nieve portado por los mozos durante el desfile procesional sirvió para recaudar fondos para el culto de la Virgen, una tradición que se repite en Quintana del Marco desde tiempos inmemoriales.