Del total de 53 jóvenes que se incorporaron el año pasado a la agricultura y la ganadería en la provincia de León como actividad a tiempo principal, sólo 2 lo han hecho en poblaciones de la comarca bañezana. En términos relativos, el poco más de medio centenar de la provincia representa un 10,5% de los 505 que se incorporaron en toda la Comunidad, una cifra a la que hay que sumar el número desconocido de jóvenes que se incorporaron a las actividades agropecuarias como actividad secundaria, que no han solicitado ayuda oficial ni se han dado de alta como agricultores en la Seguridad Social y, por lo tanto, no figuran en las estadísticas.
De estos jóvenes, la organización Asaja gestionó los expedientes de 26 de ellos, lo que supone casi el 50%. La media de edad de los jóvenes incorporados fue de 28 años y por sexos, el 19,3% fueron mujeres y el 80,7% restante hombres. De los incorporados, el 26% lo hicieron en sociedades familiares, mientras que el 74% restante se dio de alta como personas físicas en calidad de autónomos.
Otro dato importante es que el 31% se incorporaron en las explotaciones de otros agricultores que se acogieron al cese anticipado en la actividad agraria, una medida de la PAC que tiene como finalidad el rejuvenecimiento del sector primario, mientras que el resto se incorporaron a explotaciones familiares como cotitulares o produciéndose un relevo generacional por la jubilación por edad de los progenitores.
De la explotación de los datos del informe de Asaja se desvela que el 38% de los jóvenes se incorporaron al subsector ganadero, mientras que el subsector agrario fue mayoritario con el 62% de las incorporaciones. Dentro del subsector ganadero, las incorporaciones fueron mayoritariamente en el vacuno de carne, en menor medida en ovino-caprino y de forma marginal en otras producciones ganaderas.
Respecto a los agricultores, se reparte casi al 50% los agricultores de regadío y los que tienen explotaciones mixtas de secano y regadío, mientras que los que cultivan exclusivamente en secano representan porcentajes marginales. Aunque hay agricultores incorporados con frutales, viñedo, lúpulo, hortícolas o cultivos bajo plástico, la mayoría cultivan cereales, maíz, forrajes y remolacha.
Por comarcas agrícolas, de todos los jóvenes que se incorporaron al sector bajo las siglas de Asaja, el 23% son del Bierzo, el 11,5% de Tierras de León, otro 11,5% de Astorga, el 19,2% de Esla Campos, el 15,4% de Sahagún, el 7,7% de La Cabrera, un 3,8% de La Bañeza, un cuatro por ciento del Páramo y un 3,8% en Montaña de Riaño.
Según datos recogidos por Ical, los jóvenes que se incorporan a la agricultura como actividad principal pueden recibir una ayuda de “primera instalación” de hasta 37.200 euros. Adicionalmente, si solicitan un “plan de mejora” para la compra de inmuebles, maquinaria o ganado, pueden recibir una ayuda de hasta el 60% de la inversión. Todo ello condicionado a la permanencia de al menos cinco años en el sector, a tener la formación profesional exigida, a cumplir una serie de requisitos y presentar un proyecto de viabilidad económica de la futura explotación.